Nov 14, 2008

Pirámides en Colombia: Una pastusada de grandes ligas



Hoy Colombia amaneció convulsionada a causa de una crisis financiera que poco o nada tiene que ver con la situación de los principales mercados de valores del mundo que nuevamente amanecieron en picada. La verdad es que cientos de miles de colombianos han demostrado que su avaricia e ingenuidad no tienen límites.



Hace algunos meses han aparecido en diferentes ciudades del país, una serie de "empresas" que prometen multiplicar el dinero con intereses que superarían el 500%, ¡y claro! Mis queridos compatriotas acudieron en masa a dejar sus ahorros e incluso se endeudaron ante las entidades del sector financiero para adquirir préstamos que sobrepasan su capacidad de pago, pues se les iba a "hacer el milagrito" y entonces su dinero crecería como la espuma. Definitivamente, ese cuento sólo se lo creen aquí, pues la mayoría de incautos ni siquiera se detuvo a preguntar cuán fiables eran aquellas empresas para depositar su confianza (y su platica, por supuesto). Pero claro, puede más la ambición y las ganas de lograr mucho en poco tiempo, ah, y lo mejor, sin trabajar. Entonces me doy cuenta del por qué seguimos siendo un país tercermundista y me preocupa pues la situación sólo puede empeorar.



Resulta que aquí nos dejamos deslumbrar por cualquier tipo de ofertas que como las pirámides no son más que puro cuento. ¿Cómo no?, si aquí es muy fácil ya que la forma de pensar del común de las personas indica que lo correcto es hacerse rico de la noche a la mañana y todavía mejor no cuesta esfuerzo. Por ésta misma razón el narcotráfico y en general todos los negocios ilegales han prosperado pues reafirman ésta teoría, y a eso llamamos "malicia indígena".



Sin necesidad de ser Nostradamus, es más, ni siquiera Walter Mercado o el profesor Salomón, esa fácil vislumbrar una debacle inminente. Los medios de comunicación intentaron alertar a la ciudadanía que estaba "invirtiendo" su dinero, más a cambio de ser bien recibidos, fueron insultados y criticados porque querían "impedir la felicidad de los pobres". Insisto, nuestra ignorancia no tiene límites.



No puedo negar que siento una profunda tristeza cuando veo por televisión las caras de desesperación de miles de colombianos y colombianas que lo perdieron todo: sus ahorros de toda una vida, el crédito que hicieron en un banco, el dinero que tenían para la universidad de sus hijos e hijas, etc., aún así espero que al menos esto sirva de escarmiento y de repente todos aprendan una lección. Ya que nadie quiso que fuera a las buenas tocó por las malas y con bastante sacrificio.



Y entonces es aquí donde retomo el tema de la pastusada mayor, pues siempre hemos asumido el término de una forma peyorativa, y esta vez fue un pastuso quien, entre otros tantos, se llevó el dinero de mis queridos compatriotas. Según una investigación de Antonio José Caballero para RCN Radio, uno de los principales defraudadores en éste proceso fue una persona oriunda de Pasto que hasta hace menos de un año cuidaba carros en un parqueadero y que hoy tiene millones de millones de pesos de miles de incautos de todos los estratos sociales, pues personas y empresas "honorables", también cayeron en la patraña montada por otros y otras que hoy disfrutan de una vida holgada en cualquier paraíso fiscal del planeta.



¿Será entonces que todos tenemos lo que nos merecemos?. Parece que sí, y mientras no aprendamos que para tener lo que queremos hay que trabajar, trabajar y trabajar (como dice el Presidente) no cambiaremos al rumbo de éste país. Las actitudes y comportamientos facilistas nos tienen en medio de la pobreza en un país con los recursos naturales más espléndidos, es como morir de hambre en el paraíso.

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