Oct 26, 2006

De la HJCK a 40 Principales

Mientras escucho a Mozart y los grandes clásicos de la música que transmite la HJCK, una emisora colombiana que desde 1950 ha divulgado la cultura entre la “inmensa minoría”, me cuestiono si su desaparición del dial se justifica, pues pese a que la intrnet crece en cobertura, no logra las mismas audiencias que la ya tradicional frecuencia radial: 89.9 Bogotá.

La radio ha adquirido otras dimensiones en las que predominan el aspecto comercial y la competencia monopolística que tiene a RCN y Caracol en una disputa permanente para ver quién logra el mayor número de frecuencias en la capital colombiana.

Primero desapareció 88.9, pionera de la radio juvenil en FM en el país. En su momento, no fueron capaces de reinventarse lo suficiente, así que desaparecieron. Por supuesto, también influyó el afán de RCN Radio por adquirir frecuencias, y su buena oferta económica a los dueños de 88 para que ellos cedieran la máxima joya de su corona.

Casi simultáneamente ocurrió el sacrilegio máximo: desapareció la HJCK tal como la conocíamos, para darle paso a 40 Principales cuyos programadores, “en un gran despliegue de creatividad” se limitan a programar cuarenta temas una y otra vez.

Si bien las HJCK se puede escuchar a través de la Internet (lo mismo ocurre con 88.9), se ha perdido la verdadera esencia con la que estas radios fueron pensadas y creadas. Otrora, cuando aún estaban en el aire era posible llevar como compañía permanente a los grandes clásicos de la música, y aunque personalmente tengo la posibilidad de disfrutar de su programación en casa o en mi lugar de trabajo, es imposible sintonizarla en un radi convencional para escucharla en medio de los inmensos trancotes que se forman en la ciudad.

En fin, mientras en países como el nuestro no exista una verdadera infraestructura de comunicaciones que nos permita una conexión permanente con la red mundial, la radio deberá optar por el “streamming” como una opción, una alternativa para quienes no las puedan sintonizar a través del sistema tradicional.

Definitivamente, en Colombia, los intereses financieros priman sobre la cultura, de ahí que estemos a cientos de años luz de un verdadero desarrollo que nos aparten de la permanente visión tercermundista que nos invade, pues ni siquiera permitimos la creación y sostenimiento de espacios culturales, pues estos se pierden para fortalecer los intereses económicos de unos pocos.

Alex The Kid