Dec 22, 2008

De internet y otros demonios informáticos

Los tiempos cambian y la Internet ha tenido un desarrollo tan acelerado que las páginas web de hace una década ni siquiera se parecen a lo que vemos hoy en día. Suelo navegar por muchas horas pero el los últimos años he visto un desarrollo impresionante en las aplicaciones que se pueden utilizar a través de la red.

Recuerdo que cuando comencé a utilizar los servicios web, hacia 1994, contaba con una velocidad que oscilaba entre los 28,8 y los 56 kbps, eso sí, cuando uno estaba de buenas porque 56 era la velocidad premium. Luego vino la fibra óptica y a comienzos de éste siglo, era posible conectarse sin límites, a la increíble velocidad de 128K, eso sí el costo oscilaba entre los 60 a 80 dólares por mes.

Ha pasado el tiempo y por supuesto, esas velocidades de hace menos de una década nos parecen irrisorias. !Hey!, los tiempos han cambiado y lo de hoy son 20 MB, y así eso nos producirá risa quizá en uno o dos años, pero... así es la vida.

Para quienes sentimos gran afición por navegar en la red sentimos que cualquier velocidad nunca será suficiente... sin embargo, llega un momento en que uno debe hacer una pausa y entonces tiene que pensar en que nos estamos convirtiendo en unos autómatas que queremos mucho más de lo que podemos consumir.

El pasado fin de semana, mientras formateaba mi disco duro, pensaba ¿por qué razón mi computadora portátil que tiene dos años luce completamente obsoleta? Es decir, cuando la compré todos los programas (los de aquel entonces) funcionaban perfectamente y hoy cualquier software nuevo pide como requerimientos básicos el triple de lo que tenía mi vieja computadora. Tenía entonces dos opciones: La primera era correr despavorido a comprar la última Mac Book, de la cual sigo profundamente enamorado y por supuesto es el sueño erótico de cualquier geek. Pero, no es fácil gastar unos dos mil dólares para adquirir una máquina que muy posiblemente será obsoleta en otros dos años. La segunda opción era reinstalar mis programas viejos y entonces pensé si era realmente necesario tener tanto adelanto. A la fecha, mi office 2003 ha funcionado perfectamente, y aunque la versión 2008 es más sofisticada, creo que no he aprovechado ni a la mitad todo lo que me ofrece Microsoft en la versión anterior de esa suite. No hablar del Windows XP al cual no cambio por nada (exceptuando por un Mac). Cada que trabajo en Vista me parece un martirio y siento que el sistema aún es muy inestable y lleno gadgets inoficiosos y hasta aburridos.

Entiendo que hay quienes necesitan las máquinas más recientes y veloes, y sé que eso está bien. Quizá, muchos aprovechan al máximo herramientas como las suites de Adobe o Corel y de hecho necesitan una excelente máquina. Para mí, como para muchos mortales, unas versiones menos sofisticadas son suficientes y mientras no exista una estricta necesidad, no vale la pena correr despavoridos a adquirir máquinas y programas a los que sólo les daremos un uso parcial.

Quizá haya internet de 100 Megas disponible en el mercado, y lo más posible es que tras algunas horas de navegación nos encontraremos con la respuesta lenta de muchos servidores y con que en un rato habremos descargado todo aquello que se nos ocurra. Así que el resto del tiempo será un desperdicio.